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Los proyectos empresariales crecen como el bambú…sólo para personas pacientes.

Siempre me ha llamado la atención el crecimiento del bambú japonés.
He estudiado un poco de agricultura y he leído que durante sus primeros años, desde que se sembró no sucede nada apreciable. Y sin embargo, al séptimo año, desafiando lo que nuestro sentido de la vista nos deja ver, en un periodo de sólo 6 semanas…¡Llega a crecer más de 30 metros!

Como consultora de nuevos proyectos empresariales y empresas que desean refrescar sus estrategias de visibilidad y venta, siempre busco la manera de infundir confianza a mi cliente, que tenga paciencia, dedicación, pasión; que se dé el tiempo de trabajar PARA su negocio y no sólo en él; que redoble esfuerzos para que la operatividad del día a día no le reste tiempo para hacerlo crecer.

En pocas palabras: qué se dedique en cuerpo y alma a trabajar en su idea. A veces se necesita asesoría, asistir a un curso, contratar un coach, pero siempre requiere paciencia y dedicación sin esperar resultados milagrosos, que sólo logran bajar nuestra autoestima sino vemos que nuestra idea o proyecto empresarial “prende” rápido.

Así como la metáfora del bambú…una idea de negocio que inicia o una empresa que refresca en sus estrategias, necesita que le des tiempo para sostenerse sobre buenos fundamentos de Planeación Estratégica para incrementar la visión a corto y largo plazo; sin duda, también necesita tiempo para que cambies tu mentalidad empresarial y te prepares para generar una buena fuente de ingresos, trascendiendo y transformando muchas creencias, miedos que se presentan a lo largo de todo el camino.  Esto es así, porque aunque estés muy entusiasmad@ con tu idea, y tengas mucha experiencia en lo que haces, se requiere que vivas un proceso completo de cambio de mentalidad o mindset que te permita pensar y actuar de otra manera.

Para que puedas crecer como un bambú, también necesitas darte el tiempo para observar, descubrir qué problema del mundo, de la sociedad, de tu cliente ideal, requiere ser resuelto, a través de tu servicio, producto o idea. Esto lleva tiempo pero es justo la clave del futuro éxito.

A lo largo de mi experiencia profesional asesorando autónomos y empresas, me doy cuenta (además de mi propia experiencia personal desde que inicie mi propia empresa), puedo decir que en este apasionante proceso de hacerte visible y lograr los objetivos económicos y de desarrollo profesional, otro obstáculo es: ¡Que te la creas! Es decir, una cosa es tener una brillante idea para generar una empresa o servicio profesional y otra es que tú te sientas capaz de hacerlo. Esto, también lleva tiempo.

En asesoría, a lo largo de 8 años aproximadamente, he descubierto un patrón de aterrizaje y estructura de la idea hasta que ya se puede hacer visible y vendible. En personas con experiencia laboral o profesional que desean vivir de ello, he observado que les lleva un proceso de un año aproximadamente para generar una Unidad Mínima Viable de su producto o servicio, contar con la validación en el mercado al que quieren dirigirse, desarrollar un sistema o método de cómo hacerlo y una estrategia de venta para que comience a ser rentable. Lo que hace falta es tiempo, ritmo, dedicación, superar la frustración, ensayo-error…y “de repente” todo empieza a funcionar. Comienzas a sentirte cómo cómodo y seguro con la estrategia; la gente comienza a entender lo que haces, y a crear un círculo virtuoso que rompe la inercia de la inacción aparente y altamente desesperante cuando no ves claro.

Al bambú no le tomó sólo 6 semanas para crecer…eso es sólo lo que se ve en la superficie. Durante sus primeros años de aparente inactividad, esta plantita estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirán sostener el crecimiento que tendrá después de siete años.

Sin embargo, cuando nos proponemos generar una nueva fuente de ingreso o mejorar la que ya tenemos, tendemos a desesperarnos porque no tenemos un mapa o ruta que nos guie, a pesar de contar con tanta información sobre cómo hacerlo.

Otras veces nos sucede que deseamos soluciones rápidas y sólo pensamos en cómo publicar en redes o hacer la publicidad, sin saber que antes de eso se requiere que tu proyecto esté bien conectado con lo que el mundo necesita. En esta etapa también nos falta saber que lo económico no es condición de que nos vaya bien, sino más bien un resultado. Los proyectos se inician con visión, con convencimiento, con paciencia y que éxito es resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo.

Te invito a que recuerdes que si decides iniciar un camino de autonomía, a dedicarte a lo que mejor sabes hacer, a generar tu propia fuente de ingresos, a hacer crecer la empresa que ya tienes, recuerda que un campo de bambú no se hizo en un día.