Dedícate a lo que hace que te levantes por la mañana.

Estás leyendo la historia de alguien que se cuestionó otra forma de vida y que le ha costado mucho esfuerzo darle la vuelta a la creencia colectiva (paradigma) de que trabajando con sobre esfuerzo y dejando para después lo que me apasiona-pero-no-deja-dinero, se puede vivir bien.

 

¿Cómo lo hice?

 

Soy apasionada del concepto original del IKIGAI, fundamento de toda una filosofía de longevidad oriental, y esto me inspiró para crear y adaptar para empresas, lo que ahora es la base de mis servicios: TU IKIGAI EMPRESARIAL.

 

IKIGAI, significa “aquéllo por lo que nos levantamos en las mañanas”, según origen japonés.

 

El IKIGAI nos recuerda que venimos a gozar la vida, a trabajar para ayudar a los demás sabiendo que en la medida que contribuyamos, nos hacemos almas grandes. Que si brindamos lo mejor de nosotros, segregaremos serotonina y oxitocina, lo cual es una señal indudable que esta forma de vida nos mejora  en todos los sentidos. (Datos interesantes al a hora de brindar nuestro servicios).

 

Entonces podemos confiar, volcar nuestra vida hacia la cooperación, conectándonos  con el dar a través del IKIGAI y empezar a operar desde la neocorteza del cerebro, la parte más evolucionada y  no solamente desde el cerebro reptiliano, el de la sobrevivencia y escasez que nos impulsa a trabajar exclusivamente por dinero. Necesitamos comprender que nuestro poder más fuerte está en el dar, llegar al Wu Wei -hacer sin hacer-.

 

Desafiando la educación tradicional desde el siglo XVII, me ha ido quedando claro, que trabajar en lo que nos gusta lo puede hacer cualquier persona, pero dedicarse a solucionar problemas, servir y ser provisto sin miedo a la escasez, es algo que hay que aprender. Este es el nuevo paradigma de la economía y del trabajo, y estamos en sus inicios.

 

El IKIGAI EMPRESARIAL se suma como una forma de alinear nuestra vida personal y profesional para generar valor a nuestras vidas, clientes y al colectivo.

 

El IKIGAI EMPRESARIAL, después de 8 años de irlo puliendo como método para ayudar a las personas hacerse autónomas, nos revela los pasos 1-2-3 para hacer lo que nos apasiona y vivir de ello, reconociendo que viene de la misión que trajimos a este planeta para aportar a soluciones al entorno, sabiéndonos merecedores de recibir sustento a través de diferentes maneras y fuentes para vivir tranquilos, erradicando así la sensación de escasez, limitación y miedo al futuro.

 

Si te fijas bien, en el gráfico del método se muestran cuatro círculos, que se conjugan y dejan en el centro un sweet spot, una semillita que contiene tu razón de trabajar y recibir dinero por ello:

 

El extracto de tus talento o misión,

Conectado con la observación e investigación de lo que el mundo necesita de ti,

Aportando al mismo tiempo un servicio al planeta y al colectivo,

Siempre partiendo de un plan estratégico de acción y venta bien diseñado.

 

¿Si sientes que se te va la vida trabajando?

 

¿Si en este momento de tu vida te encuentras entre escoger seguridad o libertad laboral descubre primero tu IKIGAI EMPRESARIAL?

 

¡No trabajes en lo que NO te gusta y NO aporta!

 

El IKIGAI EMPRESARIAL refleja la filosofía laboral del siglo XXI, porque en la actualidad es URGENTE que como humanidad podamos estar más conectados con nosotros mismos, con los demás y con el medio ambiente, de manera que cada uno de nosotros aporte lo mejor de sí hacia las situaciones y problemas que aquejan al mundo que vivimos.

El mundo está lleno de trabajos, productos y servicios que no aportan valor al mundo, que desgastan la energía de las personas que intercambian su tiempo y existencia por algo en lo que no creen y sólo les da unos pesos para sobrevivir.

 

Es momento de vivir de nuestra esencia, con la sensibilidad de adaptar nuestros servicios a la solución de muchos dolores de clientes potenciales, como dicen en marketing.

De hecho, la única forma real que podemos hacer un cambio en el mundo es aportando valor.

Necesitas desafiar la creencia tan arraigada de “trabajar como burros” como decimos en México y darte el tiempo para ser felices en lo que hacemos, ya sea si te conviertes en autónomo o conservar un empleo fijo.

Para muchos de mis clientes, al principio del proceso de trabajar su IKIGAI EMPRESARIAL, en el lapso de tres meses de arduo trabajo y con el acompañamiento de otro periodo de tiempo, al principio les resulta muy difícil cambiar el chip de trabajar en lo que no los llena o los desequilibra en su vida, pero poco a poco, va cobrando sentido y confianza el saber que sí es posible dedicarse a lo que uno vino a este mundo, generando valor e ingresos.

 

Al final, de lo que se trata está vida es dedicarte a lo que te gusta, aporta y te hará vivir más tiempo.

 

“Una persona que cumple su IKIGAI es una bendición para el planeta”